miércoles, 5 de marzo de 2014

Para entender el conflicto en Ucrania

Cuando escuchamos Ucrania inevitablemente pensamos en cosas como lejanía, la ex Unión Soviética, un clima inhóspito y... poco más. Excepto porque en las últimas semanas algo nos ha llegado sobre las manifestaciones masivas en Kiev que lograron derrotar al presidente Yanukovich y que ahora Putin está enviando tropas a la península de Crimea.

Foto: EFE
A muchos analistas y comentaristas les gusta retomar la idea de que nos encontramos ante una nueva Guerra Fría, es decir, nuevos enfrentamientos a baja escala entre Estados Unidos y la Federación Rusa. Y si bien es cierto que parecen ser los actores principales del escenario ucraniano, nos olvidamos de varios otros que también pueden incidir en los acontecimientos. En primer lugar está el pueblo ucraniano, tal vez agotado y eufórico por la victoria obtenida, pero que se mantiene alerta ante lo que está sucediendo. 

Aunque a baja escala todavía, la Unión Europea puede tomar cartas en el asunto, tanto colectivamente como a nivel individual de cada uno de los Estados que la componen, fuerzas diplomáticas nada despreciables, especialmente en vista de la ubicación geográfica y la postura política de Ucrania. Otros actores son los países del Este de Europa: Polonia, Bielorrusia y los países bálticos, que junto con Ucrania forman el acceso de Rusia a Europa. Finalmente, no debemos olvidar los conflictos internos que plagan a la Federación Rusa y que también influyen, en mayor o menor medida, en el alcance militar de este país. Porque no es lo mismo tener que enviar tropas a cinco áreas diferentes que poderlas concentrar en un solo punto.
Y aquí tenemos el meollo del asunto: si Rusia no recupera su poderío militar (el económico ahí va), puede implosionar. Putin necesita asegurar el transporte de materia prima, especialmente gas natural, hacia Europa, su principal comprador, pero también garantizar que Rusia permanezca como un Estado nación fuerte. De otra forma, corre dos riesgos simultáneos: la desintegración, a raíz de las independencias de naciones como la chechena y otras que llevan años en pie de lucha, y la invasión y/o dominio de fuerzas extranjeras. Y sí, como es de suponerse, estamos hablando del control de recursos, su distribución y venta.
Foto:  EFE
No olvidemos que en geopolítica, la planicie del noroeste europeo (justo la zona de donde estamos hablando y que se extiende desde el este de Alemania hasta los Montes Urales) se considera el heartland, y quien domina el heartland domina el mundo - o al menos Europa, Medio Oriente y Asia.

Yalí Noriega
Twitter: @Xalaila

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